Gracias a que las ceras especiales son muy pegajosas, flexibles y contienen fuertes cualidades de adhesión y resistencia al agua, se han convertido en fuertes aliados de la viticultura y la arvicultura.
Ceras utilizadas antes de la venta y para la conservación. Se trata de una cera de capa espesa que se pega de manera uniforme y sin grietas. Su objetivo es limitar los daños causados por hongos, principalmente en lugares calientes. Esta cera permite la conservación del fruto hasta la primavera.
Ceras utilizadas para defender a las vides y en los viveros. Sabemos que la cera contiene propiedades como temperatura de fusión y solidez, las cuales son idóneas para defender a las plantas en temperaturas muy bajas, sobre todo por la noche, así como temperaturas altas durante el día. De esta manera se sella a la vid joven, protegiéndola de la excesiva pérdida de agua. Además, las ceras son grandes aliados en los viveros para prevenir la expansión de enfermedades al generar condiciones favorables para el enraizamiento y reventón de los nuevos capullos
Ceras para sellar los árboles. Intervienen en el “panage” del injerto para protegerlo de infecciones o, incluso, de la putrefacción. También sirven para sellar ramas podadas para la rápida recuperación del árbol. Así mismo, con estas ceras se sellan heridas naturales en troncos y ramas, producto de las condiciones climáticas.
Ceras para rosales. Gracias a su resistencia a las amplitudes de temperatura en verano e invierno, estas ceras son ideales para proteger la planta cuando es joven y evita la pérdida de jugos, limitando el acceso de aire, humedad, roedores y hongos.
Finalmente, también existen las velas anticongelantes, las cuales dan protección contras las heladas a los árboles frutales y las superficies plantadas de vid. Estas velas aumentan la temperatura del aire y crean una cobertura de humo que impide la pérdida del calor.
